
Estamos viviendo en entornos de alta volatilidad, gran incertidumbre, complejidad y ambigüedad debido a la globalización y el crecimiento acelerado de las tecnologías. Ante estos cambios, las empresas deben ser capaces de reorientar sus estrategias, productos, servicios y procesos para seguir siendo competitivas y vigentes. Para ello, es importante la gestión de operaciones.
Una correcta gestión de operaciones contribuye a identificar cuál es el rol de cada colaborador dentro de la organización e influye para controlar de manera eficaz los recursos de la empresa.